La capacidad de resiliencia es esencial para el buen desarrollo de nuestra salud mental, manteniendo firmemente el testimonio de que no hay mejor manera de morir que cansarse de vivir. Dedicar este espacio para convencer al lector de que no se es indiferente a la realidad dolorosa sino un superviviente de ésta.Diferentes consecuencias trae la vida en cuanto a las decisiones que tomemos, no se prohíbe fallar, llorar, sentir dolor, frustración, ni mucho menos limitarse a mostrarse como ser humano. Se enseña a reflexionar alrededor de esas experiencias dolorosas para transformar los sentimientos negativos y así utilizarlos como un impulso para vivir. Se propone crear espacios de ayuda inmediata a personas vulnerables emocionalmente con ayuda de profesionales especializados y voluntarios. Tratando de crear inteligencia emocional en las personas y recuperando el sentido de humanidad que se ha perdido en un mundo de robotización humana.